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Nacido y criado en México, Sergio Uraga tuvo una visión diferente para su vida creciendo. De joven, la música era su amor y pasión — tanto que asistió a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió música clásica, y se convirtió en maestro del piano.

“En realidad, la gente no piensa: ‘Voy a estudiar para cambiar el mundo’. La verdad es que lo haces porque lo disfrutas”, dijo Uraga a LebTown. “Si te gusta bailar, bailas. Si te gusta tocar, entonces aprendes a tocar”.

Al crecer, su vida lo puso en un curso diferente de lo que esperaba, aunque, su pasión por la música se mantuvo sin cambios. Hoy, es el orgulloso propietario del restaurante mexicano, La Placita en 922 Cumberland St de Lebanon. Aunque, tiene mayores ambiciones, como difundir y enseñar la cultura mexicana.

El frente de La Placita. (Will Trostel)

La principal forma de difundir su cultura es a través de la comida mexicana en su restaurante. Sin embargo, recientemente encontró una nueva forma de apelar a los niños, un coro de niños.

Afirma que esta idea comenzó a través de su actuación musical anual en la iglesia de San Benito el Abad en Lehman Street, de Lebanon. Cada 12 de diciembre, Uraga interpreta Las Mananitas a la Virgen de Guadalupe. Tocando con él fue parte del coro principal de San Benito y dos niños ambiciosos.

Sergio Uraga y su esposa Guadalupe Barba en la iglesia San Benito Abad en el 12 de diciembre del 2018. (Foto proporcionada)

Después de varias veces tocando en el 12 de diciembre, el coro principal le pidió ayuda a Uraga para organizar sus prácticas de coro semanales. Uraga estuvo de acuerdo. Inmediatamente comenzó a organizar sus prácticas semanales. Allí comenzaban con una oración y luego saltaban directamente a la música.

Poco a poco, Uraga fue absorbido por estas prácticas. Ya no era solo el director del coro — sino, se convirtió en miembro. Con su experiencia pasada en la música, Uraga se convirtió en la fundación de este coro. Los acompañaba con el piano y los condujo al éxito con cada pieza que tocaban.

Uraga tocando el piano en la sala de ensayos. (Will Trostel)

Hoy, Uraga todavía dirige y toca con el coro principal, aunque su enfoque comenzó a cambiar hacia los niños. Uraga expresó que los niños son el futuro y que la música y el coro son tradiciones que deben transmitirse. “Es muy importante que los niños aprendan y continúen las tradiciones. Para mí, eso es una tradición [el coro y la música]. Si uno realmente quiere ayudar a un grupo o sociedad, como nuestra iglesia [San Benito el Abad], lo mejor es enseñar a los niños. Los niños son muy importantes porque seguirán creciendo, son nuestro futuro”.

Con ese pensamiento en mente, comenzó el primer coro de niños de San Benito. El coro está compuesto por siete niños de 18 años o menos, y dos adultos, Sergio Uraga como director, y Juan M. Sandoval como cantante principal.

Sergio y el coro
El coro de niños de Sergio. Fila de atrás de izquierda a derecha: Juan M Sandoval, Angel Chavez, Alexander Sandoval, Nelly Arvizu. Fila de enfrente de izquierda a derecha: Mauricio Rodríguez, Karen Arvizu, Sergio Uraga, Diego Rodríguez Ausente de la foto: Nataly C. (Foto proporcionada)

Cinco de los siete integrantes tocan un instrumento musical y los dos restantes se centran en el canto. Estos niños tocan una variedad de instrumentos como el clarinete, flauta, guitarra, bajo, piano y acordeón. Mientras los vocalistas cantan tanto en español como en inglés.

Uraga afirma que el coro es más que un grupo organizado. Son amigos. “He intentado, no solo que sean un grupo, sino que se vean como compañeros, como amigos”. Menciona que el coro está destinado a ayudar a los niños a formar un sentimiento y apoyarse mutuamente en todo, no solo en los problemas relacionados con la música.

Hay dos razones principales por las que Uraga formó el coro de niños. En primer lugar, reitera que los niños aprenden rápido y que son el futuro. Asegura que al enseñar al coro juvenil, los está haciendo mejores músicos y los está preparando para que algún día se hagan cargo del coro principal.

El enriquecimiento de niños con la cultura, sin embargo, puede ser su objetivo primario. Señala que los integrantes del coro son todos niños mexicanos que nacieron en los Estados Unidos. Esta es su forma de enseñarles sobre México.

Uraga en La Placita. (Will Trostel)

La música, dijo Uraga, tiene el poder de conectar a estos niños con sus raíces mexicanas. “La música involucra todo lo que es cultural porque la música es un reflejo de la cultura”, explico Uraga. “Al estudiar música, puedes aprender cuáles son sus tradiciones, cómo viven y qué comen”.

El coro de niños ha estado funcionando por poco más de dos años. Tocan el último domingo de cada mes en la misa en espanol de las 11 a.m.

Sus alumnos expresan gratitud y alegría por lo que ha hecho por ellos. “Sergio es un gran músico y maestro”, le dijo Alexander Sandoval, quien toca guitarra y acordeón para el coro, a LebTown. Ha ayudado mucho al coro en los últimos dos años. Es una persona servicial y paciente “. La flautista Karen Arvizu estuvo de acuerdo, diciendo que Uraga “no solo se preocupa por [el coro] como músicos, sino también como su propia pequeña familia”.

Uraga planea continuar con el coro de niños, y ha expresado interés en tener una clase adicional con música tradicional mexicana para que los niños realmente se conecten con sus raíces mexicanas.

Aunque la música en su vida puede ser una melodía diferente a la que anticipó cuando era joven, Uraga utiliza su pasión para regalarle a los niños locales el conocimiento de su oficio y enriquecer sus vidas con la cultura.

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